La feria Agrotecnológica se celebra del 22 al 24 de marzo. Jesús Yuste, de Itacyl, defiende que el aporte de agua al viñedo debe ser coherente con los objetivos de calidad que persiga el viticultor, “condicionados por el viñedo y el tipo de suelo de los que estemos hablando”
El viñedo necesita agua, igual que todos los cultivos, y de la fórmula que sigamos para atender esa demanda dependerán la cantidad y la calidad de la uva. Incluso la sostenibilidad del viñedo.
Nos encontramos en un terreno resbaladizo, en el que tópicos y lugares comunes confluyen con las estrategias comerciales, lo que hace imprescindible analizarlo a la luz de la ciencia.
Es uno de los objetivos de la feria Agrotecnológica, que se celebra del 22 al 24 de marzo en la Feria de Valladolid. Uno de los intervinientes es el investigador de Itacyl Jesús Yuste Bombín, para quien “en la definición de la necesidad hídrica de la planta influye una serie de factores que no podemos perder de vista”.
Y aquí no hay una llave maestra que abra todas las puertas ni nos ofrezca una explicación universal y absoluta. Porque para Yuste “hay una serie de factores cuantificables que nos ofrecen información de utilidad para la gestión del riego en los cultivos, pero en el caso del viñedo hay un elemento que matiza la posibilidad de intervenir con el riego: la calidad de la uva y el vino”.
Es en este territorio donde se sitúan los tópicos tan socorridos de que el agua perjudica la elaboración de un vino de calidad o de que es mejor el secano estricto.
La realidad es que no existe un criterio único de indicadores para el riego. Por el contrario, “ese aporte de agua debe ser coherente con los objetivos de calidad que persiga el viticultor, que siempre estarán condicionados por el viñedo y el tipo de suelo de los que estemos hablando”, recalca el investigador.
Y es que todos los bodegueros quieren hacer el mejor vino, “pero no todos tienen el mismo suelo ni el mismo viñedo”. A partir de la realidad de cada parcela “se abre un abanico de posibilidades de gestión hídrica”, en cuya práctica, además, estaremos absolutamente condicionados por la capacidad de nuestro suelo para generar ‘bodega’, como recuerda Jesús Yuste.
Comentários